Este viernes 23 de abril del 2021, se cumple un año desde que la iniciativa creada por los kenshis Aydeé Trujillo y David Ycaza empezó. El 'Suburi Challenge' es un momento para reunirse dos veces por semana por la noche para practicar, como su nombre lo dice, suburi. Además, ejercicios de ashi-sabaki, coordinación, acondicionamiento físico e incluso uchikomi, kakari y ji-geiko virtuales, que han probado ser una forma divertida y dinámica para entrenar, en donde se pone a prueba la velocidad de reacción, visualización y capacidad de imaginación, que son importantes dentro del desarrollo personal y competitivo.
Aparte del entrenamiento físico, el 'Suburi Challenge' se ha convertido en un espacio de integración latinoamericana con varios kenshis de la región siendo partícipes de los distintos entrenamientos. Esto sin mencionar los recursos de información que se comparten sobre kendo, las reuniones virtuales por fechas especiales y demás eventos sociales virtuales que han permitido fortalecer los lazos de amistad y hermandad entre los kenshis. Algo muy importante dentro del objetivo de la práctica del kendo.
Sin más, a continuación las palabras de Aydeé y David sobre su experiencia en este año cargado de desafíos, emociones, logros y reflexiones.
Aydeé Trujillo
"Ha sido un camino con ciertos retos, pero los nuevos amigos y avances en nuestro propio kendo han sido una gran motivación para continuar"
Un año después de iniciar esta travesía junto a David, puedo decir que ha sido una de las experiencias más gratificantes que he podido experimentar como kendoka. Ha sido un camino con ciertos retos, pero los nuevos amigos y avances en nuestro propio kendo han sido una gran motivación para continuar. Es por esto, que quisiera compartir tres reflexiones que me llevo de este lindo espacio.
Este año, David y yo nos adentramos en una de las fases más importantes de nuestro desarrollo profesional, por lo que tuvimos que reducir la regularidad de las prácticas, es así que no pudimos entrenar todos los días como lo veníamos haciendo desde que comenzó la pandemia. Esta situación me permitió reflexionar acerca de dos cosas en concreto: La importancia del entrenamiento en casa y el constante análisis personal de cómo estamos haciendo las cosas como kenshis, no solo aplicado a nuestro entrenamiento, sino también a nuestra vida.
En cuanto a la primera reflexión, no es algo nuevo lo que estoy mencionando, pero creo que como kenshi, a veces es necesario vivir ciertas circunstancias o situaciones que le permiten a uno realizar un cambio de mentalidad.
En mi caso, meses atrás, antes de reducir las sesiones del suburi challenge, tuve la oportunidad de probar mi kendo de manera presencial. Dentro de la práctica pude notar varios avances positivos en mi técnica, pero una vez que se redujeron los entrenamientos, mi efectividad de manera presencial cambió. Pude notar como mi cuerpo y mi técnica no respondieron de la misma forma que hace un tiempo atrás. Esto se volvió algo frustrante para mí, ya que la idea de perder mis avances en tan poco tiempo me afectó. Esta vivencia concretó algo que todos sabemos pero que a veces olvidamos, y es lo esencial del trabajo en casa.
Esto a su vez, terminó desencadenando una muy importante segunda reflexión. Y es que, si bien es imprescindible el trabajo en casa, uno debe cuestionarse cómo estoy llevando mi propia práctica, cómo puedo hacerlo de manera más eficiente en el poco tiempo que ahora dispongo, y cuáles son los resultados que deseo obtener. Entendí que esto no aplica solo para el kendo, ya que a lo largo de mi camino se presentarán distintas circunstancias que cambiarán mi entorno, mi estilo de vida y mi manejo del tiempo, por lo que considerar el ‘cómo’ adaptarse a todas estas situaciones, es un buen ejercicio que aconsejo hacer a todo kenshi en todo momento. No es un trabajo sencillo, de hecho, es algo en lo que sigo trabajando, pero tomar consciencia de ello es el primer paso, y ese es el más importante. Fluir es esencial.
La última reflexión que quiero compartir es acerca de las personas que he logrado conocer durante todo este año, y es que el valor que pueden aportar todos ellos en mi vida ha sido incalculable. Su apoyo en momentos difíciles, la alegría que comparten conmigo en cada celebración y la energía que brindan en cada entrenamiento me llenan mucho. Es un lazo tan especial que me lleva a pensar lo afortunados que somos de tenernos los unos a los otros. Alguna vez escuche de un sensei que yo quiero y admiro mucho, que en kendo tenemos la segunda familia que nosotros decidimos elegir. Nada más nos ata a ellos que nuestra propia voluntad de seguir juntos con ese amor y pasión en común. Yo aprendo cada día un poco más de cada uno de ellos y eso es algo que cuidaré y atesorare mucho en mi vida.
Gracias a todos, les estoy sumamente agradecida.
David Ycaza
"Un espacio para cruzar espadas entre toda la familia latinoamericana."
Hace un año empezamos una aventura llamada “suburi challenge”, un espacio para cruzar espadas entre toda la familia latinoamericana. Gracias a esta iniciativa, hemos podido formar grandes lazos de amistad con kendokas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá y Perú. Desde el primer día cada “kenshi” ha demostrado su compromiso, entrega y dedicación en cada entrenamiento. Hemos podido contar con personas de todos los niveles, desde principiantes, hasta varios senseis reconocidos a nivel internacional. Cada uno ha podido aportar con sus conocimientos para tener una mejora constante en nuestro kendo.
Personalmente siempre he tenido en mente que las artes marciales pueden generar un fuerte impacto en nuestra salud mental, y en esta pandemia hemos podido ayudar a que cada practicante lleve el confinamiento de una manera más llevadera. El trabajo duro y la constancia han estado presentes en cada práctica. Su mejora se ha visto reflejada en su técnica y en el espíritu de cada corte.
En un futuro seguiremos realizando el suburi challenge, siendo nuestro objetivo principal unir a todos los pueblos latinoamericanos, inculcando los valores del budo como son: la justicia, el coraje, la benevolencia, la cortesía, la honestidad, el honor, y la lealtad.
Escrito por Aydeé Trujillo, David Ycaza y José Vargas
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