Durante el tiempo que he podido practicar kendo, he tenido la fortuna de contar con sensei que nos han sabido instruir en la forma correcta de utilizar el shinai y el bokuto. Estoy seguro que muchos de ustedes, al igual que yo, han escuchado la frase: "El shinai es como una katana." Justamente esto es sobre lo que quiero hablar.
Últimamente he podido constatar en vídeos, y en torneos, la mala manía (a mi parecer) de "acomodar" el nakayui durante los shiai, e incluso, los ji-geiko o mawari-geiko. Algunos kenshi incluso detienen sus keiko para respirar y recuperar su ritmo o su concentración, y mientras lo hacen, tocan su shinai como si fuera simplemente un grupo de varas de bambu. Otra manía que he visto es después de un ataque, sea bueno o no, un kenshi suelta su shinai y golpea la punta contra el piso, o lo arrastra mientras camina hasta su lugar de inicio. Algunos kenshi incluso abanican o giran el shinai en una sola mano, a manera de hélice o algo similar. He visto otras manías más, pero mi punto es el uso incorrecto del shinai al momento de combatir contra un oponente, sin importar la modalidad del encuentro. Sencillamente, en estos casos -y en estos kenshi- la conciencia de utilizar el shinai como una katana, no existe.
Es importante recordar el proceso de creación del shinai y de dónde viene. No es simplemente un invento de la era moderna. Es la simplificación de la katana a su versión más segura. Representa a la katana. Representa el trabajo de artesanos, que al igual que los forjadores de espadas, entregan su talento, espíritu, técnica y corazón a cada sable de bambú que elaboran. Este espíritu que traspasa el plano físico está presente en nuestras espadas. A medida que utilizamos el shinai, nuestra energía y espíritu empiezan a habitar en el. Tal como una katana, el shinai es la extensión de nuestras virtudes y defectos. Es la muestra clara y viva de lo mejor y peor de nosotros.
Teniendo todas estas características, ¿Cómo podemos tratar al shinai como unas simples varas de bambú? Nuestro shinai merece el mismo respeto, cuidado y atención que una katana. No nos cortará la mano -siempre y cuando no tenga astillas- pero pienso que hay que actuar como si lo hiciera. Esto ayudará a que nuestra técnica, concentración, entendimiento y nivel mejoren.
Estoy seguro que si dejamos las malas manías atrás, y comprendemos con más profundidad a nuestra espada, el kendo mejorará a un nivel más profundo en varios aspectos en cada uno de nosotros.
Escrito por: José Vargas
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