Siempre Seme
En nuestra vida como kendoka, habrá un momento en el cual, al hacer ji-geiko o al competir, recibiremos un ataque que no solo se sentirá en forma física. Será un ataque que se siente en el corazón.
El día de ayer durante el entrenamiento, realizamos ji-geiko con nuestra sensei en celebración por su ascenso de Dan presentado recientemente en Santiago de Cali - Colombia. Los combates fueron feroces y todos dejaron lo mejor de si en cada enfrentamiento.
Al enfrentarme a nuestra sensei, desde el rei inicial, se notaba su presencia, energía, y concentración. KI-GURAI y KI-HAKU. Al acercarnos para realizar sonkyo, su energía y concentración aumentaban cada vez más. Al iniciar el combate, su kiai fue fuerte, alto y grande. Desde el inicio su seme se sentía como una barrera que me empujaba hacia atrás, creando la oportunidad de ataque y acumulando la energía para realizarlo ("溜める" / Tameru).
Mi reacción fue realizar el mejor kiai que pude hacer para demostrar que yo también estoy listo, atento, concentrado y preparado para realizar mi ataque. Mientras pensaba en esto, mi sensei lanzó su primer ataque. Un bello ataque a MEN. Amplio con rapidez, completamente recto. No hubo duda, miedo, engaño. Nada extraño. Fue un ataque completamente sincero y honesto, que se gestó en el alma de mi sensei.
El ataque llegó sin que yo pudiese hacer algo al respecto. No tuve reacción. No pude contrarrestar su ataque. El ataque llegó directo a mi corazón.
El entrenamiento continuó con un intercambio de técnicas. La mayoría de mis técnicas fueron producto de una reacción tardía a la iniciativa de mi sensei. No conseguí crear oportunidades que me permitiesen atacar o contraatacar. Por más que lo intenté, no lo conseguía. Antes de terminar el enfrentamiento, mi sensei dijo: "一本勝負" (Ippon Shoubu). Un último punto que decidía el combate. Al igual que durante todo el combate, mi sensei no bajó la guardia ni un solo momento. Continuó con la presión y el control constante de la situación. Pensé que debía corresponder, entonces di lo último que quedaba en mi ser -o eso pensaba- intentando acumular lo máximo de mi energía.
Sin embargo, mi sensei hizo lo que hizo desde el inicio del combate: tomo la iniciativa en cada momento y en cada movimiento. En un momento dado, no tuve reacción ante la ola que venía hacia mi. Mi reacción fue retroceder y tratar de evitar la presión de mi sensei, pero no pude hacerlo.
Ella vino con un ataque a MEN igual que al inicio del combate. Su entrega fue total. "捨て身" (Sutemi). Una vez más, sentí que el ataque llegó directo a mi corazón.
Al hacer SONKYO, durante el REI y una vez que terminamos el combate, mi sensei nunca bajó la guardia. Su concentración y determinación permanecieron intactas incluso en ese momento.
El combate de ayer me enseñó muchas cosas sobre mi mismo. La más importante es que uno no puede dar las cosas por sentado o por hecho. Siempre es importante apreciar cada oportunidad y momento en la vida para dar lo mejor de uno mismo, en cada actividad que realizamos. Si uno no aprovecha la vida, el presente, al máximo, las oportunidades para crecer y mejorar pasarán sin darnos cuenta, haciendo que generemos un sentimiento de arrepentimiento hacia lo que ya fue, lo que pasó.
No solo eso. Al no hacer las cosas que hacemos de forma concentrada, con nuestra mejor actitud ante ellas, entregando lo mejor de nosotros, cualquier actividad que realicemos será un desperdicio de tiempo y esfuerzo. La mediocridad del esfuerzo mínimo será visible para los demás en las cosas que hacemos. No sentiremos que avanzamos. No cultivaremos un espíritu capaz de ayudar a la sociedad y no seremos capaces de descubrir nuestro potencial y superarlo.
Es importante recibir los ataques que llegan al corazón, porque nos muestran nuestras fallas y nos invita a reflexionar en lo que hemos hecho mal, en nuestros defectos, en lo que debemos mejorar. No se consigue nada al buscar excusas cuando un ataque sincero nos llega. Peor aún culpar a otros factores o personas. Esto solo sirve para alimentar el ego, y nos aleja del camino de auto-mejoramiento.
Al fin y al cabo existe una frase muy cierta: "剣とは心なり" (Ken to wa Kokoro na ri) Así como es la mente/alma/corazón/espíritu es la espada. La espada es un reflejo de nuestro estado mental, emocional, espiritual.
ロペス先生 稽古どうもありがとうございました。(Muchas gracias por el Keiko López Sensei)
Ken Shin Kan Dojo
Escrito por: José Vargas
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